Lolita Blu

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Creer en la felicidad es un acto de fe, de optimismo, de abstracción total. Buscamos señales por todas partes, el clima, la carcajada de un amigo al escucharnos, la mano de nuestra pareja que reposa en nuestra mano, ese par de zapatos que tan bien expresa quien somos y como nos sentimos. La moda no es frivolidad sino arte, un lenguaje que nos permite traducirnos al mundo, también engañarlo y disfrazarnos, disimularnos, integrarnos o alejarnos de diferentes grupos sociales ¡ Ay las tribus urbanas y sus uniformes¡ Ser diferentes en la homogeneidad. La felicidad no existe, creo yo. Existen momentos felices, la esperanza de ser felices, las pequeñas cosas que nos hacen felices. Yo últimamente camino con unos zapatos de 15 cm de tacón por las calles de Madrid y no paro de escuchar las exclamaciones de sorpresa de la gente con la que me cruzo ¡ 15 cm de tacón¡ Dicen con los ojos como faros ¡No¡ Respondo yo ¡15 cm de subidón¡ Y así, sin cansancio y con alegría me muevo yo por mi ciudad.
La moda no es frivolidad, o no debería serlo. Lo que llevamos puesto afecta a nuestro estado de ánimo, a nuestra autoestima, a la opinión que los demás tienen de nosotros. Y somos animales sociales independientemente de la gran personalidad que Dios nos haya concedido. La moda es una herramienta de trabajo, como el lenguaje corporal, la educación y el sentido común o el sentido del humor. La moda nos sirve para subrayarnos cuando queremos ser vistos o meternos entre paréntesis cuando queremos pasar desapercibidos. Arte y juego. Expresión y evasión. En la moda también podemos refugiarnos y recrear nuestro propio ecosistema si no nos gusta el que habitamos.
Lolita Blu nace con la voluntad de coronar al zapato como el complemento fetiche de las mujeres, con la aspiración de hacer del lujo un derecho, de rendirse al placer de la moda sin remordimientos de conciencia. La chica Lolita Blu es una chica femenina, urbana, apasionada que no espera al príncipe azul porque ella quiere ser el príncipe azul, o el lobo feroz, o la bruja mala. La mujer que se cuida porque se ama y no para que la amen. La mujer que no le importa que sus pisadas hagan ruido al caminar.
Lolita Blu quiere crear la primera experiencia social alrededor del calzado. Nuestras clientes no son sólo clientes sino también miembros de un club con intereses comunes, por eso en nuestra página web encontraréis aplicaciones como Personal shopper o el shoeroscope, el blog, la posibilidad de compartir y expresar vuestros gustos. The shoesocial experience. Un lugar donde podemos hacer apología de la adicción al calzado y disfrutar sin tregua de estos pequeños y sofisticados artículos que hacen nuestra vida un poco más bella. Nuestros zapatos no buscan cenicientas a las que vestir sino mujeres a las que seducir. Porque los hombres no están mal, pero los zapatos duran más. Lolita Blu, naturally high¡