Escuelas Profesionales Luis Amigó (EPLA)

Información generál

Bajo el lema paz y bien, Francisco de Asís predicó el amor a los hombres, procurando por todos los medios a su alcance su promoción natural y sobrenatural.
El padre Luis Amigó i Ferrer, franciscano de la rama capuchina, acogió en su corazón esta llamada y, siguiendo a Francisco de Asís, fundó una Congregación Religiosa - Terciarios Capuchinos el 12 de abril de 1889, con el fin de formar cristianamente y promocionar profesionalmente, mediante la creación de Escuelas de Artes y Oficios, a la juventud, especialmente la más necesitada por carecer de bienes de fortuna.
En el otoño de 1956, un terciario capuchino, seguidor del padre Amigó, el padre Mariano Ramo , amparado en la Ley de 20 de julio de 1956 sobre Formación Profesional Industrial, iniciaba modestamente unas Escuelas Profesionales, instaladas en dos barracones abandonados por los militares que durante la pasada guerra civil habían ocupado el Seminario San José, de Godella.
Las Escuelas, con una aportación económica del Consejo General de los Terciarios Capuchinos, iniciaba su andadura en el curso 1956-57, Para el curso 1959-60 se contaba ya con la autorización del Ministerio, con fecha de 26 de enero de 1960, y se examinaban con éxito en la Escuela Industrial de Valencia los once primeros alumnos, que eran internos aspirantes amigonianos.
Se recibió en dicho curso la primera subvención, aunque con la advertencia de que, si se deseaba el reconocimiento, había que reunir mayor número de alumnos, lo que no era posible contando sólo con los aspirantes amigonianos.
Por ello, ya en el curso 1960-61 se admitían los primeros 45 alumnos externos, casi todos de Rocafort y Godella, y a ellos se irían uniendo nuevas promociones que harían posible el reconocimiento de EPLA en 1964, el inicio de las obras del nuevo edificio, con cargo a los fondos del Plan de Desarrollo, y el comienzo del curso 1968-69 en el recién inaugurado centro - en el edificio en el que radican las oficinas actualmente - con 195 alumnos de Iniciación Profesional, 224 de Oficialía y 38 de Maestría Industrial. Cuatro cursos después se rebasaba el millar de alumnos.
Seis cursos después, la Escuela ampliaba su ámbito de acción. A la Formación Profesional se añadía EGB, Preescolar y BUP.
Actualmente estudian en el centro más de 2400 alumnos repartidos en diferentes niveles: Educación Infantil, Primaria, Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Ciclos Formativos de Grado Medio y Superior, y Formación Profesional Básica.
El P. Mariano Ramo, con su empeño y tenacidad, hizo posible el sueño-proyecto del P. Luis Amigó y Ferrer de la Congregación de Terciarios Capuchinos (Amigonianos).
En enero de 1996, El Consejo Mundial para la Formación Profesional otorgó a nuestro centro el PREMIO EDUCACIÓN 1995 por su destacada profesionalidad y labor humanitaria en el campo de la Educación y de la Formación Profesional, colaborando en las tareas del desarrollo social y humano en favor de los pueblos y de la humanidad.
En el mes de marzo de 2000, el Instituto de Técnicas Educativas de CECE (Confederación Española de Centros de Enseñanza), con el aval del Club Gestión de la Calidad de España (CGQ), concedió a EPLA el Reconocimiento a la Excelencia en Educación y Formación, según el Modelo Europeo de la Calidad de la EFQM (European Foundation for Quality Management).
El 20 de noviembre de 2000, en la 1ª Nit de la Formació Professional de la Comunitat Valenciana, la Conselleria de Cultura y Educación y el Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana otorgaron a nuestro Centro el PREMIO FP 2000 en reconocimiento a su trayectoria e importante contribución en el desarrollo de la Formación Profesional en la Comunidad Valenciana. Este mismo galardón fue obtenido de nuevo el día 11 de diciembre de 2009, en la IX Nit de La Formació Professional.
Por último, nuestro Centro se declara ESCUELA CRISTIANA Y AMIGONIANA por lo que su oferta educativa incluye una referencia explícita a los valores evangélicos que conforman toda una concepción de la vida, del hombre y de la sociedad y le ayuda a tener una interpretación coherente del mundo.